Presos del penal de Ibagué, Tolima |
Por Nelson Lombana Silva
(Ibagué, agosto 27 de 2012) La fundación defensora de
derechos Humanos “Lazos de Dignidad” denuncia ante la comunidad nacional e
internacional, especialmente ante los organismos defensores de derechos
humanos, la situación dramática por la que viene atravesando la comunidad
carcelaria en Colombia, especialmente los presos políticos y de conciencia.
Todos ellos vienen siendo víctimas de las políticas inhumanas del régimen
capitalista que lidera el presidente de la república, Juan Manuel Santos
Calderón.
La compañera Alba Libia Esquivel, se encuentra liderando
huelga de hambre al lado de 33 compañeras más en la penitenciaria COIBA
Picaleña de la ciudad de Ibagué, Tolima, desde el 8 de agosto, completando 20
días hasta la fecha, sin que el gobierno se haya pronunciado para encontrar una
salida al conflicto que favorezca a las personas detenidas, muchas de ellas,
injustamente, e incluso, inocentes.
Según la fundación de derechos humanos, la compañera Alba
Libia Esquivel viene manifestando severo deterioro de su estado físico,
presentando insomnio, deshidratación, mareo, desmayo y debilidad corporal. Las
autoridades carcelarias no han permitido el suministro oportuno de suero, toma
de tensión, valoración permanente de los signos vitales y el no sometimiento a
esfuerzos pesados.
Por el contrario, “Lazos de Dignidad” denuncia que por orden
expresa de la directora de esta cárcel la compañera Alba Libia Esquivel viene
siendo sometida a caminar forzadamente, tortura infame que viola abiertamente
las normas de los Derechos Humanos y los Derechos que tiene la comunidad
carcelaria, con fundamento en la sentencia de la corte constitucional T – 153 y
la misma ley 1453 de 2011, artículo 47.
La huelguista ha señalado valientemente que se mantendrá en
la protesta hasta tanto el gobierno nacional convoque la mesa nacional de
concertación y se comience a estudiar la problemática de las cárceles con
fundamentos en los siguientes puntos centrales:
1. Declarar la emergencia social y humanitaria en las
cárceles de Colombia;
2. Regionalización de los prisioneros que permita estar los
familiares más cerca de los detenidos;
3. Rebaja del 20 por ciento de la pena, otorgamiento de los
subrogados penales y beneficios administrativos;
4. Solución a los problemas de salud, salubridad y
hacinamiento;
5. No a la extradición.
Como bien lo señala el compañero Tulio Murillo Ávila, “La
lucha social no es un delito, es un paso hacia la libertad”, en esas
condiciones, se responsabiliza al gobierno nacional lo que le pueda pasar a
esta compañera y de paso, se demanda solidaridad nacional e internacional para
que el presidente de la república y directivos de las cárceles se pronuncien a
favor del respeto a los Derechos Humanos. La desunión mata, la unidad dignifica
la condición humana. Además, “Hoy por mí mañana por ti”.
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