Ponencia
enviada a los congresos regionales para la paz y al Congreso de los Pueblos,
por el “Movimiento de Presos Políticos por la Paz" Camilo Torres Restrepo.
Compañeras
y compañeros representantes de las organizaciones sociales, pertenecientes a congreso
de los pueblos, marcha patriótica, y las demás expresiones sociales, que hoy aún
no están integradas a tan importantes expresiones organizativas, nosotros los presos políticos por la paz
Camilo Torres R, saludamos este nuevo
esfuerzo organizativo con gran ilusión; y esperamos esta acción política
redunde en el logro de la paz con justicia social que este pueblo colombiano
tanto merece.
Nuestra
lucha por la paz:
“La
paz, se construye con quienes sufren la guerra,
la
paz es patrimonio de los pueblos”.
Las
Raíces históricas del conflicto interno colombiano y su complejidad están dadas
por las causas políticas, económicas y sociales que lo generan; por la
diversidad de sus componentes y de manera especial el fenómeno de la corrupción
de la clase en el poder y del
narcotráfico integrado este último a la
estrategia contrainsurgente del Estado, desde hace tres décadas, con la
modalidad de narco-paramilitarismo.
La
razón de nuestra rebeldía y lucha insurgente no es más que una opción
alternativa y de respuesta a la dinámica de la estructura terrorista del Estado
y el narco-paramilitarismo puntales del
poder oligárquico. Alternativa porque la violencia terrorista no permitió que
democrática y soberanamente se desarrollaran las transformaciones necesarias
para el país.
El
gran reto de la solución política es el de lograr la decisión real del régimen
de desmontar esta estructura de la muerte contra la oposición política y social y parar la guerra sucia. Y por parte de la
insurgencia la decisión de contribuir en la superación del conflicto con base a un gran consenso
nacional, una política de Estado
favorable para la paz y la participación de la sociedad en dicho proceso. Esta
no es una tarea fácil, ni un problema de voluntad política; se trata de crear condiciones reales y ganar
las mayorías de la nación para superar
los problemas y abrir el camino
que conduzca a la paz estable y duradera construyendo un proceso que afronte
los cambios que el país necesita.
La
paz implica abordar un proceso hacia las transformaciones que conduzca a
superar las causas originarias y que alimentan el conflicto interno actual. Su
terminación debe llevarnos a un país en equidad y con justicia social Y esta realidad solo es posible, con
la participación activa y decidida del pueblo colombiano. Hoy por hoy es la mayor reivindicación del movimiento
popular que solo se conquista mediante la movilización, como lo están
demostrando las luchas de campesinos, indígenas, mineros y estudiantes, en las calles.
Si
la terminación del conflicto no trae consigo para el país
cambios sustanciales en un
proceso democratizador que signifique aproximarnos a una realidad de justicia social y equidad, la paz seguirá
siendo esquiva para los colombianos.
La
búsqueda de la paz, ha estado siempre en nuestras razones de lucha y hoy sigue siendo vigente y urgente,
la opción de los Rebeldes prisioneros políticos
es la paz desde la perspectiva planteada de un país en equidad y con
justicia social.
Saludamos
el proceso de dialogo que se adelanta en la Habana, Entre las FARC –EP y el
Gobierno del presidente Santos, con interés y satisfacción esperamos se inicien
las conversaciones entre el ELN y el Gobierno Nacional y compartimos con los
colombianos que este esperanzador momento, es el inicio del camino, en la
concreción de hechos reales que nos acerquen a un país en paz, este se
consolidara, si y solo si, la sociedad organizada participa decididamente en la
construcción de este proceso.
Quiénes
somos
Somos
Pueblo, como todos ustedes hijos de las
entrañas del movimiento popular, que optamos por una forma de lucha no menos
importante que las demás, tampoco la única, ni la más o menos correcta.
Simplemente una de las formas de lucha que el pueblo emprende cuando se cierran
todas las posibilidades y no queda otra alternativa distinta que Rebelarse y
usar los mismos instrumentos utilizados por la clase dominante, desde una convicción y ética revolucionaria.
Somos
seres políticos, que hemos estado y seguimos luchando por las transformaciones
sociales necesarias, para que Colombia avance hacia una democracia real y
efectiva, donde se garantice y respete los derechos fundamentales; económicos,
políticos, sociales y culturales, inherentes a una vida digna.
Somos
Luchadores contra el capitalismo, por ser este un modo de producción inhumano,
cuya principal facultad, es la de considerar absolutamente todo como una
mercancía, incluido el ser humano.
Luchamos
por la instauración de un nuevo sistema social, que ponga como eje central a la
humanidad, que respete y haga uso racional de la naturaleza para beneficio del
bien común y no patrimonio de unos pocos.
Somos
parte del torrente revolucionario del continente, creemos en la patria grande
de Bolívar y el Che y luchamos por la integración latinoamericana y por el
establecimiento de unas relaciones internacionales, con las demás Naciones del
mundo, en igualdad de condiciones, que respeten nuestra soberanía e
independencia
Nuestros
ideales, sueños y utopías, no terminan, ni se abandonan a causa de las rejas,
muros, cadenas y candados que nos aprisionan; por el contrario, toman más
preponderancia, en la medida en que se nos hace sentir con más peso el carácter
oprobioso del régimen.
Durante
nuestra permanencia en prisión, será nuestra dignidad y ser revolucionarios
nuestra principal armadura, garantía de luchas actuales y venideras y por sobre todo, nuestra lucha por la
libertad.
Luchamos
por nuestro reconocimiento como actores políticos opositores al régimen, no
solo por parte del Estado, sino también
por el movimiento social del que formamos parte por compartir plenamente las
mismas aspiraciones.
Somos
el movimiento de presos políticos por la paz, CAMILO TORRES RESTREPO, como
muchos colombianos herederos de Camilo,
reivindicamos su pensamiento y propugnamos por la unidad del movimiento popular en torno
a sus identidades, sin abandonar el debate sobre las diferencias.
Nuestros
Mandatos
Compartimos
con las distintas fuerzas sociales y políticas del congreso de los pueblos, que el capitalismo
no es una opción de sociedad y de vida para la humanidad, porque trata a los
seres humanos como mercancías y los somete a los vaivenes del mercado,
generando a su paso una condición sistemática de privaciones extremas para las
mayorías, expresadas en el aumento de la desigualdad, miseria, muerte por
causas prevenibles, deficientes condiciones de vida para las mayorías,
explotación de los trabajadores, saqueo de los recursos naturales.
La acumulación capitalista en Colombia ha estado signada trágicamente por el
ejercicio de la violencia y el despojo. Proceso, en el cual esta oligarquía ha
roto su propia institucionalidad, convirtiendo su enriquecimiento en un acto
criminal, combinando de manera abierta formas legales e ilegales de
acumulación. Esta transición y acumulación capitalista no hubiera sido posible por fuera de dinámicas
empresariales de corrupción, narco
tráfico, saqueo de los recursos naturales, y sin la utilización de la agresión
más brutal que se tenga conocimiento en país alguno, para garantizar el control
y la defensa del modelo.
Ante
un sistema capitalista “inhumano” como el que padecemos, no queda otra opción
que la lucha por la transformación radical del sistema y la sociedad.
Este
es nuestro primer mandato; la lucha por un nuevo país, una sociedad distinta al
capitalismo, que garantice la equidad, la justicia, la libertad, condiciones de
vida digna y de bienestar para todos los colombianos.
Un
nuevo gobierno popular y democrático, con la participación más amplia de todos
los sectores de la sociedad interesados en la democracia real. Esta gesta solo
es posible si nos disponemos a construir un gran bloque popular y democrático
unitario, que avance en la conquista de estas reivindicaciones.
La
construcción del poder popular, desde lo local, municipal, regional, y la defensa
de los territorios indígenas, afros, raizales, campesinos e incluso las nuevas
territorialidades urbanas, está inscrito en nuestras formas, visión y método de
construcción de la política, para avanzar en las transformaciones planteadas.
La unidad, la concientización, La lucha política, la movilización social, las
acciones directas de las masas, en la conquista y defensa del acumulado de
lucha, son la garantía del poder del
pueblo.
La
recuperación de nuestra identidad, soberanía y autodeterminación nacional.
Promoviendo una nueva cultura Patriotica y autónoma. El relacionamiento con
otros y en especial con nuestros hermanos Latinoamericanos y del Caribe debe
ser bajo las normas del respeto y la solidaridad, promoviendo el proceso
democratizador que avanza en el continente desde las ideas de Martí, Bolívar,
Sandino, Camilo, Alfaro, Hugo Chávez y tantos luchadores por la unidad e
independencia del continente. En este sentido debemos replantearnos con el país
las relaciones de subordinación e
imposición del FMI, BM, OMC, TLCs, y
todos los tratados lesivos para el nuevo país.
El
desarrollo económico y social, no puede ser un fin cuantitativo de crecimiento,
sino, un proceso cada vez más cualitativo que trascienda la satisfacción de las
necesidades materiales de la población e incluya la satisfacción de sus
necesidades intelectuales, emocionales y espirituales. Es necesario construir
nuevas alternativas que armonicen el crecimiento económico con el desarrollo
integral humano y se garantice la protección de la biodiversidad.
Política
minero energética, El extractivismo nos lleva al atraso y la dependencia de los
países ricos, limitándonos a la función de ofrecerles tales recursos en lugar
de transformarlos industrialmente, es un modelo depredador del medio ambiente
que agota los yacimientos o extrae a ritmos superiores a su tasa de reposición.
Es necesaria una política minera nacional y democrática. Los recursos naturales
son de la nación y no pueden entregarse su explotación a multinacionales, esta
no puede desarrollarse como modelo de enclave aislado del resto de la economía
y desarrollo del país, la misma debe aportar a los intereses generales de la
nación y su desarrollo interno.
Política
para el campo. El campo hoy es de miseria y pobreza generalizada. Compartimos
el mandato de tierras y territorios del congreso de los pueblos que
propende por un nuevo modelo de
desarrollo rural, basado en la defensa de la tierra la cultura y el medio
ambiente. Con base en criterios de
equidad, desarrollo sostenible y
ordenamiento territorial, productivo y social de la propiedad. La
producción de alimentos debe garantizar primordialmente la seguridad
alimentaria; la propiedad es de función social y ecológica, de utilidad pública
e interés de la nación; se deben acabar los latifundios particulares y los
monocultivos; la producción colectiva ha de implementarse como mecanismo
importante para rescatar la solidaridad y la soberanía en la producción rural.
La tierra indudablemente es para quien la trabaja.
El
bienestar, el bien vivir, el bien común, como elementos importantes de la
defensa de lo público, Son razones
importante de lucha y mandato. Es uno de los actos más importantes en la
lucha contra el neoliberalismo. El ingreso nacional debe garantizar el gasto
social que permita mejorar la cobertura y calidad de los servicios
fundamentales, derecho natural de la humanidad pues se trata de elementos
esenciales para la vida. El agua, luz, alcantarillado, vivienda, salud,
educación y acceso masivo a la cultura, el transporte, el deporte y la
recreación. En tal razón el nuevo Gobierno Popular y Democrático, retomara la
dirección y control de las empresas de servicios públicos encaminadas a
garantizar el bien vivir de los colombianos.
En
nuestra condición de Presos Políticos además de los mandatos expresados
anteriormente nuestra lucha está
encaminada al logro de la Libertad, el Reconocimiento Político como luchadores
revolucionarios y el Trato Digno de respeto de la condición de prisioneros
políticos. Sobra ante ustedes las
sustentaciones del carácter revolucionario de nuestros actos y de porque nos hicimos rebeldes.
La
situación de las cárceles del país.
No
podemos desconocer la realidad de más de 150 mil presos del país, como
resultado de la crisis del sistema que excluye a las mayorías. Hoy tenemos una
sociedad con grandes y graves desajustes sociales: niveles de pobreza extremos,
dinámicas de exclusión históricas, inequidad como ningún otro país en el
continente, diversas expresiones de violencia, narcotráfico, corrupción, una
guerra interna como expresión de un conflicto político social y armado, un estado aliado del narcotráfico y
paramilitares que sembraron de sangre el país y degradaron de manera extrema el
conflicto.
Estos
graves desajustes de la sociedad, afectan la dignidad y los derechos humanos de
la población colombiana, y las posibilidades de un normal desarrollo como
colectividad.
El
Estado ha demostrado que es incapaz de resolverlos por la vía de políticas,
planes y programas de desarrollo, esta
realidad y el crecimiento de estos desajustes sociales rompen su propio
ordenamiento jurídico, acudiendo a la adopción
de la política criminal como instrumento para enfrentar los graves
desajustes sociales.
Los
desajustes sociales no pueden tener un tratamiento penal, la pobreza, la
exclusión, no pueden ser castigadas con cárcel,
es necesario deslindar la política criminal de los desajustes de la
sociedad, de lo contrario estamos hablando de un estado fallido que no resuelve
sus problemas y que por el contrario reprime y castiga a sus ciudadanos, que
reclaman sus derechos fundamentales.
Por
esta razón reivindicamos la lucha del Movimiento Nacional Carcelario, que como
propósito central viene planteando lo
siguiente:
1.
Proponemos la adopción de una política criminal que interprete la verdadera
realidad y causas de la criminalidad del país.
La pobreza y los desajustes sociales no pueden ser instrumento de
criminalización.
2.
Declarar la Emergencia Social y Humanitaria en las Cárceles de Colombia
3.
Regionalización de los prisioneros que permita el acercamiento familiar.
4.
Rebaja del 20% de la pena, otorgamiento de subrogados penales y
beneficios administrativos.
5.
Solución a los problemas de salud, salubridad y hacinamiento.
6.
No a la extradición.
7.
Reforma a la ley 65/ 93 con la participación de los internos y la creación de un reglamento único
8.
Alternatividad penal
Solos
no podemos
“La
Unidad y Organización del campo popular es una condición indispensable en el
proceso de transformaciones”.
Estamos
ante una situación en la cual no hemos sabido aprovechar nuestra mayor riqueza
organizativa “la diferencia”, nos hemos dejado llevar por la escuela del
capitalismo al dar malos tratos a discusiones que han podido ser superadas con
mucha más prudencia y fraternidad.
En
ocasiones nos hemos dejado llevar por los agentes del estado, que han permeado
y creado al interior de la lucha social falsos propósitos. Debemos ser capaces
de superar los viejos esquemas organizativos de los pequeños feudos.
Llamémonos
a la realización de un proceso continuamente abierto, unámonos en torno a un
propósito mayor de interés común, en el que nos vayamos dando cita, en el que
nos vayamos convocando y aprendiendo a
vivir las experiencias de las demás organizaciones y de la humanidad toda.
Así
como dijo nuestro gran líder popular Camilo Torres Restrepo “recojamos lo que
nos identifica,” desechemos la práctica de marginar, de imponer, de dominar;
construyamos la cultura de respeto, solidaridad, fraternidad y desde esta
perspectiva preguntémonos ¿Que nos identifica a los Progresistas, Demócratas,
Liberales, Social demócratas, Iglesia popular, Ecologistas e Izquierda
radical?; la construcción de un proyecto democrático común como tránsito hacia
las trasformaciones radicales.
Ser
conscientes de que estamos en un contexto cultural específico,
Latinoamericano-caribeño, no nos dejemos perder en el sistema globalizador, el
cual es asimétrico, que se traduce en idolatría del consumo, exclusión, pobreza
absoluta y destrucción de la naturaleza; que desde acá, con los aportes
indígenas, negros, raizales y nuevas culturas urbanas, intentemos construir lo
nuestro; la filosofía y pensamiento de acento latinoamericano.
Hoy
más que nunca es el momento de la unidad, reconozcamos que todos hemos hecho
grandes esfuerzos y aportes en esta lucha por una nueva sociedad, hemos
sacrificado vidas, intereses particulares, ¡la libertad misma! Pero aún tenemos
que hacer un esfuerzo mayor, para que aceptándonos con nuestras diferencias, podamos
lograr el fin último “la sociedad de justicia, de derechos, de equidad y
dignidad que merece este pueblo Colombiano.
Permítanos
con todo respeto traer a la memoria a nuestro gran líder popular que ofrendó su
vida ante este mismo noble propósito que hoy se está convocando desde diversos
escenarios organizativos, se trata del sacerdote y líder popular Camilo Torres
Restrepo, que se puso de lado de los desprotegidos y perseguidos, de los
campesinos , de los obreros, de los estudiantes, de los intelectuales
inconformes, de las mujeres explotadas que en su vehemente y constante llamado
a la unidad revolucionaria de las mayorías, nos decía que solo “por medio de la
unidad, la organización y la acción será posible arrebatarle el poder a la
minoría, pues esta por si sola jamás entregará los privilegios y el poder al
pueblo”, esto solo será posible mediante una acción de masas organizada, decidida, y categórica. Y es que
lo que Camilo antes denuncio y combatió son los mismos problemas que hoy hay
que acabar.
No
le entreguemos esta misma sociedad tan inhumana a las próximas generaciones.
Este propósito lo venimos labrando desde mucho tiempo atrás, no posterguemos lo
estratégico; que este importante evento y los venideros se conviertan en el
escenario que tanto necesita la clase popular, los indígenas, las
comunidades afro descendientes y todas y
todos los que se identifican con la noble causa de los pueblos.
Presos
Políticos de Colombia participan por
medio de ésta ponencia en los Congresos Regionales que se desarrollan en
Bogotá; Barrancabermeja, Popayán y Medellín.
Estos
congresos Regionales, convocados para el 16 y el 17 de marzo, de 2013, son
escenarios preparatorios para el
Congreso para la Paz a realizarse entre os días 19 y 22 de abril de 2013 n la
ciudad de Bogotá DC. Colombia.
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