martes, 26 de febrero de 2013

El comandante guerrillero JJ, preso en La Picota, denuncia acción sicarial para propiciar rompimiento en la Habana




Redacción ANNCOL/Bogotá


Según informaciones obtenidas por la Agencia de Noticias Nueva Colombia por sus siglas en español, ANNCOL, el próximo pasado viernes 22 de febrero a eso de las 4:45 de la tarde en uno de los pasillos de la Torre ERON de la cárcel la Picota, el dirigente guerrillero conocido como “JJ” fue víctima de una agresión.

La fuente afirma que “cuando se desplazaban él -JJ- y otros internos después de recibir abogados, fueron abordados por un sujeto que sin mediar palabras los atacó llevando la peor parte un extraditable hoy internado en la clínica Santa Fe de Bogotá”. JJ hace parte del Comando Conjunto Central  “Adán Izquierdo” de las FARC.

Otro recluso consultado nos reveló que “esa agresión iba dirigida en contra del guerrillero de las Farc, cuando instantes después vi que se llevaban a ese señor en vías a extraditarlo a USA, con cinco o seis puñaladas”.

Coincide lo anterior con las declaraciones de JMSantos en el Caquetá, cuando dijo amenazadoramente en un acto de entrega de baldíos: “si no hay avances nos paramos de la mesa”.

“Parece que se propicia, con estas acciones sicariales, un rompimiento de las conversaciones de la Habana”, señala este curtido líder guerrillero del Comando Conjunto Central de las Farc.

Lo único que se sabe del herido es que su estado es delicado.

lunes, 25 de febrero de 2013

Denuncia pública: Traslado arbitrario de prisioneros políticos





INPEC traslada arbitrariamente a los prisioneros políticos Carlos Lugo y Jorge Eliecer Gaitán, miembros de la FEU Colombia

La Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia (FEU), la Fundación Lazos de Dignidad y la Campaña Traspasa los Muros DENUNCIAMOS PUBLICAMENTE el TRASLADO ARBITRARIO de los prisioneros políticos CARLOS LUGO y JORGE ELIECER GAITÁN ejecutado por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) el 22 de febrero de 2013, de acuerdo a los siguientes:

HECHOS

1. El viernes 22 de febrero de 2013, sin previo aviso ni justificación alguna, el INPEC trasladó a los prisioneros políticos CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITÁN de la cárcel Las Heliconias (Caquetá) a la cárcel la Modelo de Bogotá, incomunicándolos totalmente y omitiendo informar de dicho traslado a sus familiares y abogados.
2. El día de hoy, 25 de febrero, en horas de la mañana la Fundación Lazos de Dignidad se comunicó con el Juzgado Promiscuo del Circuito de Puerto Rico de Caquetá, autoridad judicial que adelanta el proceso penal contra los mencionados prisioneros, a fin de solicitar información acerca de las causas del traslado, recibiendo como respuesta que el juzgado no ha ordenado ningún traslado y que no tenía conocimiento de este, por el contrario el juzgado tiene programada audiencia preparatoria en la ciudad de Florencia para el día viernes 1º de marzo del cursante, razón por la cual la medida de traslado perjudica el desarrollo del proceso jurídico.
ANTECEDENTES

CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITÁNson dos de los tres prisioneros políticos de conciencia que en el marco de la lucha de la MANE en contra de la reforma a la ley 30 fueron detenidos en el año 2011 y procesados penalmente por presuntos vínculos con la insurgencia, sin embargo, después de 17 meses de encierro no se ha comprobado sus responsabilidades en la comisión de delito alguno.
CONSIDERACIONES

En la actual situación jurídica de los prisioneros políticos CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITÁN, quienes están recluidos en razón a la imposición de la medida de detención preventiva por estar vinculados a un proceso penal en calidad de procesados, constituye un hecho arbitrario sus respectivos traslados, puesto que no sólo han sido recluidos en lugares distantes de aquellos donde reposa su proceso sino que no se consultó a la autoridad judicial que adelanta el proceso penal, con el agravante que los prisioneros tienen audiencia preparatoria el 1º de marzo den la ciudad de Florencia, situación que amenaza el derecho al debido proceso y abusa de la medida de detención preventiva.

De igual manera, el hecho de haber trasladado a CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITÁN a la Cárcel Modelo de Bogotá, es un incumplimiento al fallo de tutela proferido por el Juzgado 56 Penal del Circuito de Bogotá que ordenó al INPEC no ingresar más reclusos dicho centro carcelario que a partir del primero de febrero de 2013, mientras se toman las medidas pertinentes para terminar con el hacinamiento, los graves problemas de sanidad por la ausencia de baños y dificultades con la alimentación de los reclusos.

Este traslado constituye también un atropello a la dignidad humana y tortura psicológica contra los prisioneros CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITÁN y sus familias, puesto que los aleja de sus núcleos familiares y sociales, y obstaculiza a sus allegados brindarles la cobertura de sus necesidades básicas dentro del centro penitenciario.

Responsabilizamos al Estado colombiano de cualquier perjuicio a la salud física y psicológica de los prisioneros políticos CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITÁN.

EXIGIMOS
  1. Que el INPEC traslade inmediatamente a los Prisioneros Políticos CARLOS LUGO Y JORGE ELIECER GAITAN a la Cárcel Las Heliconias de Florencia (Caquetá), lugar donde cursa el proceso penal contra ellos.
  1. Demandamos el cese de toda actividad deliberada del sistema judicial para la dilatación del caso y prolongación de la tortura de la cárcel hacia los prisioneros políticos del movimiento estudiantil, sus familiares, sus allegados y los miles de compañeros estudiantes que como ellos han decidido hacer política desde el movimiento social y popular colombiano.
ROMPIENDO EL SILENCIO… LIBERTAD A LOS PRISIONEROS POLÍTICIOS DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL!!!

Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia
Fundación Lazos de Dignidad
Campaña Traspasa los Muros
Febrero 25 de 2013

jueves, 21 de febrero de 2013

En Colombia existen entre 9500 y 21199 presos políticos: El montaje judicial contra Félix María Campo



por Alexander Escobar
Jueves, 21 de Febrero de 2013

Esta estrategia de convertir las cárceles colombianas en campos de concentración contra la oposición política demanda el alzamiento de todas las voces para exigir libertad, y una campaña internacional que juzgue al Estado de Colombia por estos crímenes que evidencian un nuevo tipo de dictaduras
EL MONTAJE JUDICIAL CONTRA FÉLIX MARÍA CAMPO Y LOS PROTOCOLOS DE "INVESTIGACIÓN" DEL CTI
La falta de rigurosidad en los protocolos de investigación para recaudar pruebas y emitir órdenes de captura bajo el supuesto delito de rebelión, evidencian que la “presunción de inocencia” en Colombia, además de ser nula para la oposición política, es la ilusión creada por un Gobierno que utiliza la cárcel como campo de concentración.
El artículo séptimo del Código de Procedimiento Penal Colombiano reza: “Toda persona se presume inocente y debe ser tratada como tal, mientras no quede en firme decisión judicial definitiva sobre su responsabilidad penal”, a primera vista, en Colombia esto parece justo. Sin embargo, un hecho basta para despertar de la ilusión. Cuando la Ley habla de una “decisión judicial definitiva”, su significado es infame, porque oculta que una persona inocente puede pasar muchos años en la cárcel mientras ocurre una sentencia judicial. Por tanto, resulta de suma importancia entrar a discutir los protocolos empleados por lo entes investigadores de la Fiscalía General de la Nación para acusar y emitir órdenes de captura contra líderes cívicos, comunitarios, defensores de derechos humanos, y en general, contra la población civil opositora al Gobierno colombiano que termina en la cárcel acusada del delito de rebelión.
En los juzgados de la ciudad de Palmira, en el departamento del Valle del Cauca, encontramos una prueba de lo anterior. Hablamos de un caso en particular, adelantado en esta ciudad contra Félix María Ocampo Urrea, acusado del delito de rebelión.
Y nos remitiremos a un momento en especial, a la audiencia realizada en su contra el 13 de febrero de 2013, pues constituye una experiencia concreta de cómo en los protocolos de los entes investigadores de la Fiscalía no se aplica el Principio de Presunción de Inocencia, y actuando en contra de la oposición política, la Fiscalía emite órdenes de captura con base en testimonios que no verifica, o por simples corazonadas justificadas en la “experiencia” investigativa, en síntesis, toda una suma de excusas criminales para presentar, como capturas legales, los miles de montajes judiciales realizados en Colombia.
A Félix María Campo el montaje judicial no podía ocurrirle en momentos más lamentables: afrontando dificultades económicas había recolectado el dinero necesario para pagar la cuenta de la morgue y recuperar el cuerpo de su tío para brindarle cristiana sepultura. Pero su tragedia continuaría por culpa del Gobierno. Cuando regresaba del funeral hacia su casa en el corregimiento de El Líbano, fue detenido en un retén militar instalado en Lomitas, corregimiento del municipio de Pradera en el departamento del Valle del Cauca. Desde ese día, 18 de enero de 2012, Félix completa más de un año privado de la libertad, y hoy se encuentra recluido en la cárcel de máxima seguridad del municipio de Palmira.
Su carácter de líder cívico y campesino, y su pertenencia a procesos como la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca (Astracava), hicieron de Félix el blanco de un montaje judicial. Porque su firme convicción en favor de los más necesitados, y su trabajo en contra de la iniquidad del país, es algo que el Gobierno no permite, y en respuesta actúa enviando a sus contradictores a la cárcel, aumentando a diario la larga lista de presos políticos en Colombia.
Antes de lograr demostrar su inocencia deberá pasar mucho más tiempo en prisión, mientras el sistema penal acusatorio decide programar las audiencias de su juicio, lo cual puede durar meses, o años. En el sistema judicial colombiano esto es un crimen cotidiano. Hablamos del sistema carcelario hecho campo de concentración para la oposición política. Casos como el de Liliany Obando, Yira Bolaños, y miles de líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia, constituyen una prueba de esta siniestra estrategia de “secuestro judicial” implementada por el Estado colombiano, y que por su carácter sistemático y aberrante, hoy también recibe el nombre de “falsos positivos judiciales”.
Pero volvamos a la audiencia del 13 de febrero de 2013. Contra Félix se toma como “prueba” del delito de rebelión, en su caso, de ser miliciano de las FARC, el testimonio de dos pobladores de la zona, y el de un desmovilizado de la guerrilla. Pero durante el juicio el abogado defensor Lucas Restrepo, de la Corporación Colectivo de Abogados Suyana, interrogó al testigo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) presentado por la Fiscalía, pudiendo evidenciar, entre otros aspectos:
1. La investigación del CTI jamás logró verificar el lugar de residencia del acusado, por lo tanto era imposible establecer que las instalaciones de la casa de Félix estuvieran adecuadas para hospedar y alimentar a miembros de la guerrilla, como lo afirman los testigos de la Fiscalía.
2. Tampoco se comprobó que el acusado portara armas o prendas militares, como establece otra de las acusaciones.
3. No lograron comprobar que Félix comprara víveres para abastecer a la guerrilla.
4. De la moto, que presumen los testigos fue dada al acusado para realizar sus actividades de miliciano, no verificaron su existencia, y ni siquiera se tiene un número de placa o registro de dicho vehículo.
5. No se cuenta con ningún número telefónico, o teléfono, a través del cual el acusado brindara información a la guerrilla sobre las operaciones del ejército en la zona, y tampoco el testigo presentó alguna interceptación telefónica que lo pruebe.
6. Jamás se comprobó que Félix hubiese estado involucrado en acto alguno de secuestro o recibiera dinero producto de extorsiones, como lo afirman los testigos.
7. No hay prueba que vincule al acusado con la instalación de campos minados ni con actividades desempeñadas como explosivista, algo que también aseguran los testigos.
8. No fueron entrevistadas más personas de la zona para establecer si los testigos estaban mintiendo, o si las acusaciones obedecían a retaliaciones por problemas de tipo personal contra Félix María (algo que sí argumentan los pobladores de la zona en favor del acusado).
9. Cuando el abogado de la defensa formula la pregunta sobre las razones que llevaron a pensar que Félix María Ocampo Urrea era un miliciano, el testigo del CTI expone que una de las razones radicaba en su “experiencia” en este tipo de casos.
Es claro entonces que los protocolos empleados en la investigación desarrollada por el CTI carecen de rigurosidad; es más, al no lograr establecer pruebas que verificaran las acusaciones formuladas por los testigos, se pone de manifiesto que para el investigado no aplicaron protocolos en favor de establecer si la información suministrada era cierta o falsa, tratando de entrevistar, por ejemplo, a otros pobladores de la zona que pudieran confirmar o desmentir las acusaciones de los testigos.
Pero la orden de captura fue emitida. La Fiscalía actuó basada, al parecer, atendiendo una especie de corazonada judicial. Así lo demuestra la “investigación” realizada por el CTI. Porque sin lograr comprobación alguna de las acusaciones, Félix María Ocampo Urrea fue llevado a la cárcel tomando en consideración la “experiencia” del testigo del CTI que lo califica de “miliciano”, en otras palabras, se tomó como soporte la especulación de un organismo de investigación de la Fiscalía que no aportó pruebas que verificaran las acusaciones de los testigos. Por tanto, en una investigación donde la apreciación personal de un funcionario del CTI prevalece sobre el hecho de no encontrar pruebas que corroboren los testimonios, es claro que existe una posición sesgada donde no prima el Principio de Presunción de Inocencia.
Y lo más terrible de esta situación es que el caso de Félix es el caso de miles de presos políticos que actualmente son víctimas de los montajes judiciales del Estado colombiano.
Los datos son aberrantes y superan dictaduras. En su artículo Las visitas a las cárceles: el siguiente paso hacia una negociación de paz, publicado el 3 de abril de 2012 por La Silla Vacía, Dora Montero Carvajal anota que “las autoridades reportaron 8.563 personas arrestadas entre 2008 y 2011 por rebelión, pero solo hay 1.950 presos”. Esto indica que 6.613 personas fueron detenidas sin pruebas suficientes, o que son inocentes, si se prefiere afirmarlo; pero también faltaría analizar la situación, caso por caso, de los 1.950 presos y verificar cuántos también han sido víctimas de un montaje judicial.
Sin embargo, hay datos aún más preocupantes aportados por organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo, hasta enero 31 de 2012, y tomando datos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (INPEC), la campaña Traspasa los muros informa que en las cárceles de Colombia se encuentran 21.199 personas asociadas al delito de rebelión, y por tanto la cifra de 9.500 presos políticos que acostumbramos difundir, es solo un dato moderado ante esta estrategia criminal del Estado colombiano implementada contra la oposición política, es decir, en Colombia existen entre 9.500 y 21.199 presos políticos.
Félix María Campo Urrea completa más de un año en la cárcel en su condición de preso político. Y los tres testigos que lo acusan no han asistido a las audiencias en su contra. En la última, realizada el 13 de febrero de 2013, la Fiscalía argumentó que dos de los testigos no asistieron por problemas de seguridad presentados en la zona (enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla), algo que también cuestionó el abogado Lucas Restrepo, pues los supuestos problemas de seguridad son desconocidos para los testigos de la defensa, los cuales habitan en la misma zona y sin ninguna dificultad llegaron a la audiencia para declarar en favor del amigo, el líder y hombre comprometido por mejorar las condiciones de vida de su comunidad.
Hoy Félix requiere de una cirugía en su rodilla derecha. En la cárcel su salud se deteriora y se le observa caminar con dificultad. En diciembre de 2012 fue solicitada la casa por cárcel; y a pesar de su condición, la solicitud fue negada argumentando que Félix María Campo “representa un peligro para la sociedad”… (Los comentarios sobran, solo resta exigir su inmediata liberación)
Si bien esta estrategia de convertir las cárceles colombianas en campos de concentración contra la oposición política demanda el alzamiento de todas las voces del país para exigir justicia y libertad, también demanda una campaña internacional que juzgue a Colombia por este tipo de crímenes que evidencian un nuevo tipo de dictaduras que operan bajo el manto de países que los avalan como “gobiernos democráticos”. Es sabido que el problema no es de forma sino de contenido. Y bajo la forma aparente de una democracia, Colombia oculta un contenido siniestro de crímenes de guerra y lesa humanidad contra el pueblo colombiano.

Kaos en la red

martes, 19 de febrero de 2013

¿Estallido carcelario en 2013? Por Iván Cepeda






Publicado en El Espectador 13 de febrero 2013


Uno de los grandes especialistas en la investigación del sistema carcelario y penitenciario colombiano, Michael Reed, escribió hace poco: “Día tras día el hacinamiento carcome el cuerpo y el espíritu de miles de hombres y mujeres presos. Día tras día el Estado mantiene en edificios decrépitos a miles de humanos como vacas rumbo al matadero. El espacio ardiente de sitios que llaman Bellavista y Villahermosa destruye minuto a minuto la humanidad de jóvenes que se vuelven viejos en el encierro.

Segundo tras segundo, la vida de un preso transcurre bajo peligro de enfermedad o de muerte. El encierro en estas condiciones vuelve loco a cualquiera”. Quien no haya estado allí, no haya ido y visto, no lo cree. O si lo cree, no logra sentir las profundidades de la degradación que alcanza el ser humano en nuestras cárceles. O si lo siente, no lo considera indignante. Y eso es hasta cierto punto comprensible: una sociedad en la que cualquier atrocidad es admitida y trivializada, ¿por qué habría de sobrecogerse ante el horror en que viven quienes han sido inculpados o condenados por delitos y crímenes?

Ese letargo colectivo es de vez en cuando interrumpido. El año anterior en al menos cinco cárceles del país se presentaron brotes epidémicos de enfermedades como tuberculosis y varicela en sitios en los que impera alto grado de hacinamiento. Cualquier asistencia médica en tales circunstancias es compleja. Incluso el aislamiento y la cuarentena cuando se presenta la saturación de los más recónditos espacios de reclusión pueden mostrarse insuficientes. Pero, en Colombia ni siquiera ese escenario es el peor. Dado que la “crisis” carcelaria se encadena a la “crisis” del sistema de salud –esto es, con la ausencia de cualquier atención médica en las cárceles- la desesperada solución es el traslado de los enfermos, lo que amenaza crear una eventual multiplicación de las fuentes epidémicas en varias cárceles.
En los últimos cinco años, se han presentado 500 muertes de reclusos en todo el país. De acuerdo con información de la Defensoría del Pueblo, a septiembre de 2012 se habían presentado 1.283 tutelas por fallas en el servicio de salud en 110 cárceles.

En materia de hacinamiento basta con advertir lo que sentencian recientes decisiones judiciales. El Tribunal Administrativo de Antioquia al fallar contra el Estado, obligándolo a indemnizar a un preso, definió el hacinamiento como una condición que “resquebraja los derechos de los reclusos, ya que los lleva a sobrevivir en condiciones humillantes, inauditas y agraviantes”. Cada mes llegan a las cárceles del país 1.100 presos nuevos. Ya se han adoptado medidas extremas como el ‘pico y placa’ para las visitas. Tan insoportable es el estado de hacinamiento que muchos internos piden a sus familiares que no los visiten por vergüenza a atenderlos en condiciones tan degradantes.

En los últimos meses del año pasado se registraron múltiples acciones de protesta y movimientos –cada vez más coordinados- en al menos 20 cárceles por parte de los prisioneros e incluso de los guardias; actos de desobediencia pacífica que terminaron a menudo reprimidos con métodos violentos.

Como congresista he corroborado todos estos hechos en más de 40 visitas que he practicado en los últimos años a las cárceles. Siempre me impactan los terribles testimonios e imágenes de esta realidad dantesca. En Bellavista, un interno se quejó de que los baños son degradantes, puesto que la gotera cae con el orín de los pisos superiores. Aseguró que habían solicitado autorización para ingresar herramientas y materiales buscando solucionar este problema para que “por lo menos quienes duermen en el baño puedan hacerlo bien”. En Puerto Triunfo –la cárcel que se encuentra al lado de la hacienda Nápoles- los presos coordinadores de derechos humanos en los patios definieron su situación diciendo que los animales del zoológico de Pablo Escobar viven mejor que ellos, y para ilustrarlo llevaron a la reunión a un hombre que por semanas había mantenido una huelga de hambre con los labios cosidos. En Picaleña, los reclusos se quejaron de que las ciones de comida eran tan reducidas que padecían siempre hambre, a lo que las prisioneras agregaron que para ellas era peor porque les daban porciones más pequeñas aun aduciendo que “las mujeres comen menos que los hombres”.

Está demostrado que ni la construcción de nuevas cárceles, ni la privatización del sistema son medidas adecuadas para resolver esta situación cada vez más insostenible. El trámite de la reforma al Código Penitenciario y las medidas de transformación que ha propuesto la Ministra de Justicia son una buena oportunidad para que se abra el debate nacional sobre esta grave problemática. De lo contrario, será una tragedia de grandes proporciones o un paro nacional penitenciario indefinido los que pondrán al desnudo ante la opinión el macabro estado de las cárceles del país.

Incluso cuando la sociedad se acostumbra a que el umbral de lo que se considera digno para el ser humano sea tratado en la forma más elemental, llega el momento del brusco despertar. Podrá decirse que es alarmismo o paranoia, pero se ve venir el estallido, la explosión, de las bombas de tiempo que son las cárceles colombianas. Es probable que sea este año. O tal vez el siguiente.

domingo, 17 de febrero de 2013

Alí Primera, un canto de fuego eternamente necesario


Alí primera (al fondo) y Julián Conrado, dos voces que no pueden dejar de cantar


por Julián Conrado
Sábado, 16 de Febrero de 2013
“… Quienes descalifican a Julián, lo hicieron Contra Alí, lo hacen contra Hugo Chávez y lo seguirán haciendo contra el pueblo. Esta batalla es entre los hijos de Bolívar y los del Santanderismo… Por él su Libertad y Asilo.”Alí Manaure.
Alí Primera, un canto de fuego eternamente necesario.
Por Julián Conrado



Cuantas canciones llegan y pasan como si nada, canciones espiritualmente sin ton ni son, canciones huecas. Canciones que por ahí si acaso, llenaran algún bolsillo de mugrosas monedas, pero que dejan el alma y el corazón, más pobre que como lo encontraron. Son canciones que no son canciones, pues, la canción para que sea canción verdadera debe, además de distraer y divertir, ser una propuesta de vida en armonía, debe ser fuego que alimente los pueblos dándole fuerza y coraje en el trabajo y la lucha por la libertad.
Canción como la de Alí Primera, que es canción valiente, esa si es canción de verdad. Los años pasan y pasan y ella, como dijera Víctor Jara, siempre es canción nueva.
Hoy, 28 años después de la muerte física del Cantor Alí Primera, esa canción anda por los caminos y calles de Venezuela y de otros países Nuestroamericanos, en batalla frontal contra la dominación capitalista y por la construcción del socialismo, es decir, en combate contra el Imperialismo, la oligarquía y el oportunismo
Yo soy del pensar que por su contenido y forma, el nombre completo del proceso liberador que adelanta Venezuela es: Revolución Bolivariana y Aliprimeriana; que tan necesaria es la espada de Simón como la canción de Alí.
No es casual que el Bravo Pueblo venezolano, empezando por nuestro amado hermano Hugo Chávez, en todo momento y lugar de combate, con el mismo ardor que levanta la espada de nuestro padre Libertador, cante una canción de nuestro Padre Cantor, es que son dos armas distintas con una sola esencia verdadera: Paz con Justicia y Amor.
¡AMANDO VENCEREMOS!
Julián Conrado

Comunicado público de los presos políticos y de guerra de las FARC-EP




por Presos políticos 

Domingo, 17 de Febrero de 2013

Pedido que nos hacemos todos.. Un país con más de 9500 presos políticos demuestra al mundo que el gobierno no tiene voluntad real de construir la Paz




más de 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra inundan las mazmorras colombianas y la cifra va en ascenso vertiginoso. Más del 90% de los mismos constituyen actores civiles, víctimas de la persecución y de la intolerancia de un régimen que no permite que se piense diferente a lo impuesto

Comunicado Público de los Prisioneros Políticos y de Guerra de las FARC-EP

afpnoticias.tk


Desde la cárcel más hacinada de Colombia, los Prisioneros de Guerra de las FARC-EP queremos hacer llegar un saludo muy especial a todo el pueblo colombiano, ese pueblo aguerrido y luchador que ha sido sistemáticamente reprimido y asesinado por medio del terrorismo de Estado aplicado por la oligarquía colombiana en su contra de forma vehemente y sanguinaria. Igualmente enviamos un abrazo caluroso y bolivariano a todos los Prisioneros Políticos y de Guerra en las mazmorras colombianas y en las cárceles del imperio; son ellos, la muestra fehaciente e innegable de la convicción que embarga al pueblo de Colombia para alcanzar su definitiva independencia.
Nuevamente se ha puesto sobre la palestra pública las denigrantes e indignas condiciones en las que tenemos que vivir los más de 100.000 compatriotas, entre Presos Sociales y Políticos, que nos encontramos privados de la libertad en estos depósitos de seres humanos que son las cárceles en Colombia. Algunos de estos centros penitenciarios alcanzan hoy la alarmante cifra de 400% de hacinamiento, en los que diariamente los prisioneros nos vemos obligados inclusive a limpiar los baños en las noches para utilizarlos como dormitorios y lugares para cocinar.
Es apenas normal que pululen en medio de tan inhumanas condiciones las enfermedades infecciosas y contagiosas en estos depósitos de seres humanos. En muchos de ellos además, es suspendido el servicio de agua cuando los internos por algún motivo se organizan para exigir una mejoría de las condiciones de reclusión, lo cual agrava el ya pésimo entorno sanitario de los mismos y representa una violación flagrante a los Derechos Humanos de los internos que tanto las administraciones de las cárceles y el Gral. Gustavo Adolfo Ricaurte se mofan de respetar. Es tal el cinismo que han adoptado como lema del INPEC: “su dignidad humana y la mía, son inviolables”. Ahí está pintada la oligarquía colombiana. En la cárcel de Bellavista, solo por mencionar un caso, empezaron hace poco a hacer un estudio para saber cuántos internos sufrían de enfermedades infecto-contagiosas y de transmisión sexual como el VIH. La cifra fue tan alarmante, que en vez de afrontar el problema con responsabilidad y compromiso, decidieron suspender el estudio.

Miles de internos son alejados premeditadamente de sus entornos familiares, lo cual es clara violación de la Ley 65 de 1993 y de la constitución misma; esto, con el único objetivo de impedir cualquier tipo de relación social con el exterior, lo cual golpea psicológicamente al interno al punto de que ya son múltiples los casos de suicidios consumados e intentos de suicidios en las penitenciarías más alejadas de la geografía nacional.

Los servicios de telecomunicaciones y de expendio de alimentos son manejados bajo la égida terrible de una visión mercantilista, en medio de una población carcelaria que carece de los mínimos recursos económicos para su subsistencia. Los servicios de salud son completamente inexistentes, y por lo mismo, día a día cientos de prisioneros agonizan en medio de la más terrible desatención médica. Son incontables los gritos de dolor que emanan de las celdas de las prisiones colombianas, gritos que se ahogan en los ecos de la soledad. Por otra parte, como ya lo denunciamos el año pasado, más de 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra inundan las mazmorras colombianas y la cifra va en ascenso vertiginoso. Más del 90% de los mismos constituyen actores civiles, víctimas de la persecución y de la intolerancia de un régimen que no permite que se piense diferente a lo que ellos han establecido. Más del 80% de los mismos salen después de años de privación de la libertad sin poder comprobárseles ninguna clase de delito.

Estos 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra además de tener que afrontar las duras condiciones de las cárceles de Colombia, tienen que hacer frente día a día al ensañamiento, persecución política y represión por parte de los organismos del Estado. No son pocos los casos de intento de asesinato por parte del INPEC y sus esbirros en contra de prisioneros que han visto, en la prisión, otra trinchera de lucha para la construcción de un país completamente diferente.

Todas estas condiciones de privación de la libertad comentadas anteriormente constituyen una realidad verdaderamente Dantesca; un infierno en vida para quienes nos toca sobrevivir día a día en estas denigrantes, ignominiosas, infames y viles realidades. Esto, sin abordar las condiciones a las que se enfrentan los Prisioneros Políticos del imperio Simón Trinidad, Sonia e Iván Vargas, sobre las cuales solo diremos que son aún más duras y difíciles, tal como ellos mismos lo han relatado en diversas ocasiones.

A pesar de estas oprobiosas circunstancias, el gobierno se rasga las vestiduras cuando son capturados en combate y hechos prisioneros por la insurgencia, policías y soldados en medio de la confrontación armada. “Secuestrados”, dicen inmediatamente en medio de los más alarmantes berridos propios de quienes no les ha tocado sufrir en carne y hueso la guerra que asola la patria hace ya décadas. Las cosas hay que llamarlas por su nombre si se quiere lograr una paz verdadera, estable y duradera. Los capturados en combate son prisioneros de guerra tal como nosotros. Secuestrados son los miles de compatriotas que hoy se encuentran en las cárceles, apresados en capturas masivas, víctimas de montajes judiciales, y a quienes se les niega completamente su derecho a una defensa jurídica efectiva.

Sin embargo, en honor a la verdad hay que decir que muy diferentes son las condiciones de los Prisioneros de Guerra de uno y otro lado. ¡Qué diferencia tan abismal hay entre los policías y soldados capturados por la insurgencia, y los guerrilleros que nos encontramos en las cárceles del régimen! ¡Cuánto no daríamos nosotros por estar, a pesar de nuestra privación de la libertad, disfrutando del aire puro, del entorno de la naturaleza, sin hacinamiento, con una alimentación balanceada y una atención médica real y digna!

La situación en la que se encuentran los prisioneros de uno u otro bando en la confrontación, muestra sin lugar a dudas las condiciones humanas de cada una de las partes.

Queremos por otra parte, realizar dos denuncias concretas de hechos acaecidos que demuestran nuevas formas de ejercer la represión por parte del Estado en contra de los Prisioneros de Guerra y que evidencia la vileza de sus métodos.

Al Prisionero de Guerra de las FARC-EP, Rolando Albeiro Acevedo Muñoz integrante del Frente Urbano y Rural Jacobo Arenas, le fue notificada su libertad por cumplimiento de la pena de Rebelión después de 9 años de privación de la misma. En el momento mismo en el que puso un pie fuera de la cárcel La Tramacúa en Valledupar, fue recapturado por la Policía Nacional y mostrado ante los medios de comunicación como un peligroso terrorista capturado gracias a las labores de seguimiento e inteligencia en zona rural en los límites entre Valledupar y Norte de Santander. De esta forma, tal como ellos mismos dicen, los organismos policiales se anotaban un nuevo golpe a las estructuras urbanas de las FARC-EP, con la particularidad de que se constituía en realidad en la captura de un guerrillero que ya se encontraba privado de la libertad desde hace años. Nuestro camarada se ha convertido así, en víctima de una nueva forma de montaje judicial, nunca antes utilizada por parte de los organismos del Estado, y se encuentra hoy recluido en la mencionada penitenciaría después de haber purgado su condena. (Ver noticia: http://www.vanguardiavalledupar.com/judicial/2566-por-triple-secuestro-capturaron-a-el-cacheton).

El segundo caso es aún más preocupante. Se trata de nuestro camarada Gustavo Hernán Giraldo Amaya guerrillero del 5° Frente del Bloque Iván Ríos de las FARC-EP. Gustavo Hernán se encontraba desde el año 2006 privado de su libertad por el delito de Rebelión en el patio 8° de la Cárcel Nacional Bellavista en Medellín. En el año 2011 Gustavo Hernán se enfermó de Tuberculosis por causa de las pésimas condiciones sanitarias de este centro de reclusión. Su enfermedad se agravó hasta tal punto por la desatención médica que el camarada perdió más del 50% de su masa corporal en menos de seis meses, y se encontraba casi en estado terminal, sin poder valerse por sus propios medios.

Luego de una campaña de denuncia de organizaciones de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional de la grave situación médica vivida por este valeroso prisionero, y de una incansable lucha jurídica por parte de su familia, se logró que un Juzgado de Penas y Medidas le otorgará la medida de prisión domiciliaria con el objetivo de que pudiera ser atendido por el INPEC en su casa médicamente. (Ver noticia: http://www.conapcolombia.org/?p=1437)

Sin embargo, en el tiempo que estuvo en prisión domiciliaria el INPEC no le llevó tampoco una sola pastilla, ni atendió su grave estado de salud aún cuando seguía siendo responsable de su atención médica. Cabe resaltar que el prisionero tenía prohibido moverse de la casa de su madre donde cumplía la pena sustitutiva de prisión domiciliaria por lo cual no podía ser llevado a ningún centro médico. Luego de dos meses de prisión domiciliaria, nuestro camarada fue vilmente asesinado frente a su esposa, hijas y madre en total estado de indefensión por tres hombres armados que llegaron a la casa donde cumplía la prisión domiciliaria. Ya muchos problemas le había ocasionado al Estado, más aún cuando se destacó como un aguerrido combatiente y un Prisionero que nunca decayó en su moral revolucionaria mientras estuvo privado de su libertad.

Se constituye este caso en una nueva forma de ejecución extrajudicial por parte de los organismos de seguridad estatales, totalmente reprochable y execrable. Ya ni siquiera se quedan en esa forma de tortura llamada desatención médica, utilizada sistemáticamente contra nuestros prisioneros, sino que ahora van a sus casas a asesinarlos cuando les es otorgada la prisión domiciliaria para que puedan mejorar sus condiciones de salud. Denunciamos de forma vehemente los dos casos anteriores y hacemos un llamado para que la sociedad colombiana en su conjunto, no guarde más silencio frente a la situación vivida por nuestros Prisioneros Políticos y de Guerra.

Por último queremos enviar un combativo y bolivariano saludo a la Delegación de Paz de las FARC-EP en La Habana. Decirles que a pesar de las oprobiosas condiciones en que nos encontramos continuamos con nuestra moral en alto para seguir luchando por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo. Invitarlos a que sigan denunciando las inhumanas condiciones de las prisiones colombianas, y haciendo hasta lo imposible para que nuestro camarada Simón Trinidad pueda estar de cuerpo presente en la mesa de diálogos por la Paz con Justicia Social, en representación de toda las FARC-EP, pero fundamentalmente de quienes nos encontramos privados de la libertad en condición de Prisioneros de Guerra por este régimen asesino.


“SÓLO HABRÁ PAZ, CUANDO SE INSTAURE LA JUSTICIA SOCIAL”
“PODRÁN ATAR NUESTRAS MANOS, PERO JAMÁS NUESTROS SUEÑOS DE JUSTICIA Y LIBERTAD”
“VENCEREMOS”

Prisioneros de Guerra de las FARC-EP
Cárcel de Bellavista, Medellín
12 de Febrero de 2013

Fuente: http://www.afpnoticias.tk/2013/02/comunicado-publico-de-los-prisioneros.html


miércoles, 13 de febrero de 2013

Comunicado público de los prisioneros de guerra de las FARC-EP



Desde la cárcel más hacinada de Colombia, los Prisioneros de Guerra de las FARC-EP queremos hacer llegar un saludo muy especial a todo el pueblo colombiano, ese pueblo aguerrido y luchador que ha sido sistemáticamente reprimido y asesinado por medio del terrorismo de Estado aplicado por la oligarquía colombiana en su contra de forma vehemente y sanguinaria. Igualmente enviamos un abrazo caluroso y bolivariano a todos los Prisioneros Políticos y de Guerra en las mazmorras colombianas y en las cárceles del imperio; son ellos, la muestra fehaciente e innegable de la convicción que embarga al pueblo de Colombia para alcanzar su definitiva independencia.

Nuevamente se ha puesto sobre la palestra pública las denigrantes e indignas condiciones en las que tenemos que vivir los más de 100.000 compatriotas, entre Presos Sociales y Políticos, que nos encontramos privados de la libertad en estos depósitos de seres humanos que son las cárceles en Colombia. Algunos de estos centros penitenciarios alcanzan hoy la alarmante cifra de 400% de hacinamiento, en los que diariamente los prisioneros nos vemos obligados inclusive a limpiar los baños en las noches para utilizarlos como dormitorios y lugares para cocinar.

 Es apenas normal que pululen en medio de tan inhumanas condiciones las enfermedades infecciosas y contagiosas en estos depósitos de seres humanos. En muchos de ellos además, es suspendido el servicio de agua cuando los internos por algún motivo se organizan para exigir una mejoría de las condiciones de reclusión, lo cual agrava el ya pésimo entorno sanitario de los mismos y representa una violación flagrante a los Derechos Humanos de los internos que tanto las administraciones de las cárceles y el Gnral Gustavo Adolfo Ricaurte se mofan de respetar. Es tal el cinismo que han adoptado como lema del INPEC: “su dignidad humana y la mía, son inviolables”. Ahí está pintada la oligarquía colombiana. En la cárcel de Bellavista, solo por mencionar un caso, empezaron hace poco a hacer un estudio para saber cuántos internos sufrían de enfermedades infecto-contagiosas y de transmisión sexual como el VIH. La cifra fue tan alarmante, que en vez de afrontar el problema con responsabilidad y compromiso, decidieron suspender el estudio.

Miles de internos son alejados premeditadamente de sus entornos familiares, lo cual es clara violación de la Ley 65 de 1993 y de la constitución misma; esto, con el único objetivo de impedir cualquier tipo de relación social con el exterior, lo cual golpea psicológicamente al interno al punto de que ya son múltiples los casos de suicidios consumados e intentos de suicidios en las penitenciarías más alejadas de la geografía nacional. 

Los servicios de telecomunicaciones y de expendio de alimentos son manejados bajo la égida terrible de una visión mercantilista, en medio de una población carcelaria que carece de los mínimos recursos económicos para su subsistencia. Los servicios de salud son completamente inexistentes, y por lo mismo, día a día cientos de prisioneros agonizan en medio de la más terrible desatención médica. Son incontables los gritos de dolor que emanan de las celdas de las prisiones colombianas, gritos que se ahogan en los ecos de la soledad. Por otra parte, como ya lo denunciamos el año pasado, más de 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra inundan las mazmorras colombianas y la cifra va en ascenso vertiginoso. Más del 90% de los mismos constituyen actores civiles, víctimas de la persecución y de la intolerancia de un régimen que no permite que se piense diferente a lo que ellos han establecido. Más del 80% de los mismos salen después de años de privación de la libertad sin poder comprobárseles ninguna clase de delito.


Estos 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra además de tener que afrontar las duras condiciones de las cárceles de Colombia, tienen que hacer frente día a día al ensañamiento, persecución política y represión por parte de los organismos del Estado. No son pocos los casos de intento de asesinato por parte del INPEC y sus esbirros en contra de prisioneros que han visto, en la prisión, otra trinchera de lucha para la construcción de un país completamente diferente.

“Anhelos de Libertad de los presos políticos”. Obra de la guerrillera Intio Maleywa.


Todas estas condiciones de privación de la libertad comentadas anteriormente constituyen una realidad verdaderamente Dantesca; un infierno en vida para quienes nos toca sobrevivir día a día en estas denigrantes, ignominiosas, infames y viles realidades. Esto, sin abordar las condiciones a las que se enfrentan los Prisioneros Políticos del imperio Simón Trinidad, Sonia e Iván Vargas, sobre las cuales solo diremos que son aún más duras y difíciles, tal como ellos mismos lo han relatado en diversas ocasiones.

A pesar de estas oprobiosas circunstancias, el gobierno se rasga las vestiduras cuando son capturados en combate y hechos prisioneros por la insurgencia, policías y soldados en medio de la confrontación armada. “Secuestrados”, dicen inmediatamente en medio de los más alarmantes berridos propios de quienes no les ha tocado sufrir en carne y hueso la guerra que asola la patria hace ya décadas. Las cosas hay que llamarlas por su nombre si se quiere lograr una paz verdadera, estable y duradera. Los capturados en combate son prisioneros de guerra tal como nosotros. Secuestrados son los miles de compatriotas que hoy se encuentran en las cárceles, apresados en capturas masivas, víctimas de montajes judiciales, y a quienes se les niega completamente su derecho a una defensa jurídica efectiva.

Sin embargo, en honor a la verdad hay que decir que muy diferentes son las condiciones de los Prisioneros de Guerra de uno y otro lado. ¡Qué diferencia tan abismal hay entre los policías y soldados capturados por la insurgencia, y los guerrilleros que nos encontramos en las cárceles del régimen! ¡Cuánto no daríamos nosotros por estar, a pesar de nuestra privación de la libertad, disfrutando del aire puro, del entorno de la naturaleza, sin hacinamiento, con una alimentación balanceada y una atención médica real y digna!

La situación en la que se encuentran los prisioneros de uno u otro bando en la confrontación, muestra sin lugar a dudas las condiciones humanas de cada una de las partes.

Queremos por otra parte, realizar dos denuncias concretas de hechos acaecidos que demuestran nuevas formas de ejercer la represión por parte del Estado en contra de los Prisioneros de Guerra y que evidencia la vileza de sus métodos.

Rolando Albeiro Acevedo Muñoz

Al Prisionero de Guerra de las FARC-EP, Rolando Albeiro Acevedo Muñoz integrante del Frente Urbano y Rural Jacobo Arenas, le fue notificada su libertad por cumplimiento de la pena de Rebelión después de 9 años de privación de la misma. En el momento mismo en el que puso un pie fuera de la cárcel La Tramacúa en Valledupar, fue recapturado por la Policía Nacional y mostrado ante los medios de comunicación como un peligroso terrorista capturado gracias a las labores de seguimiento e inteligencia en zona rural en los límites entre Valledupar y Norte de Santander. De esta forma, tal como ellos mismos dicen, los organismos policiales se anotaban un nuevo golpe a las estructuras urbanas de las FARC-EP, con la particularidad de que se constituía en realidad en la captura de un guerrillero que ya se encontraba privado de la libertad desde hace años. Nuestro camarada se ha convertido así, en víctima de una nueva forma de montaje judicial, nunca antes utilizada por parte de los organismos del Estado, y se encuentra hoy recluido en la mencionada penitenciaría después de haber purgado su condena. (Ver noticia: http://www.vanguardiavalledupar.com/judicial/2566-por-triple-secuestro-capturaron-a-el-cacheton).


Gustavo Hernán Giraldo Amaya

El segundo caso es aún más preocupante. Se trata de nuestro camarada Gustavo Hernán Giraldo Amaya guerrillero del 5° Frente del Bloque Iván Ríos de las FARC-EP. Gustavo Hernán se encontraba desde el año 2006 privado de su libertad por el delito de Rebelión en el patio 8° de la Cárcel Nacional Bellavista en Medellín. En el año 2011 Gustavo Hernán se enfermó de Tuberculosis por causa de las pésimas condiciones sanitarias de este centro de reclusión. Su enfermedad se agravó hasta tal punto por la desatención médica que el camarada perdió más del 50% de su masa corporal en menos de seis meses, y se encontraba casi en estado terminal, sin poder valerse por sus propios medios. 

Luego de una campaña de denuncia de organizaciones de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional de la grave situación médica vivida por este valeroso prisionero, y de una incansable lucha jurídica por parte de su familia, se logró que un Juzgado de Penas y Medidas le otorgará la medida de prisión domiciliaria con el objetivo de que pudiera ser atendido por el INPEC en su casa médicamente. (Ver noticia: http://www.conapcolombia.org/?p=1437)
Sin embargo, en el tiempo que estuvo en prisión domiciliaria el INPEC no le llevó tampoco una sola pastilla, ni atendió su grave estado de salud aún cuando seguía siendo responsable de su atención médica. Cabe resaltar que el prisionero tenía prohibido moverse de la casa de su madre donde cumplía la pena sustitutiva de prisión domiciliaria por lo cual no podía ser llevado a ningún centro médico. Luego de dos meses de prisión domiciliaria, nuestro camarada fue vilmente asesinado frente a su esposa, hijas y madre en total estado de indefensión por tres hombres armados que llegaron a la casa donde cumplía la prisión domiciliaria. Ya muchos problemas le había ocasionado al Estado, más aún cuando se destacó como un aguerrido combatiente y un Prisionero que nunca decayó en su moral revolucionaria mientras estuvo privado de su libertad.

Gustavo Hernán Giraldo Amaya

Se constituye este caso en una nueva forma de ejecución extrajudicial por parte de los organismos de seguridad estatales, totalmente reprochable y execrable. Ya ni siquiera se quedan en esa forma de tortura llamada desatención médica, utilizada sistemáticamente contra nuestros prisioneros, sino que ahora van a sus casas a asesinarlos cuando les es otorgada la prisión domiciliaria para que puedan mejorar sus condiciones de salud. Denunciamos de forma vehemente los dos casos anteriores y hacemos un llamado para que la sociedad colombiana en su conjunto, no guarde más silencio frente a la situación vivida por nuestros Prisioneros Políticos y de Guerra.

Por último queremos enviar un combativo y bolivariano saludo a la Delegación de Paz de las FARC-EP en La Habana. Decirles que a pesar de las oprobiosas condiciones en que nos encontramos continuamos con nuestra moral en alto para seguir luchando por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo. Invitarlos a que sigan denunciando las inhumanas condiciones de las prisiones colombianas, y haciendo hasta lo imposible para que nuestro camarada Simón Trinidad pueda estar de cuerpo presente en la mesa de diálogos por la Paz con Justicia Social, en representación de toda las FARC-EP, pero fundamentalmente de quienes nos encontramos privados de la libertad en condición de Prisioneros de Guerra por este régimen asesino.

“SÓLO HABRÁ PAZ, CUANDO SE INSTAURE LA JUSTICIA SOCIAL”
“PODRÁN ATAR NUESTRAS MANOS, PERO JAMÁS NUESTROS SUEÑOS DE JUSTICIA Y LIBERTAD”
“VENCEREMOS”

Prisioneros de Guerra de las FARC-EP
Cárcel de Bellavista, Medellín
12 de Febrero de 2013


Frente Antonio Nariño de las FARC-EP: Comunicado público de los prisioneros de guerra de las FARC-EP




Desde la cárcel más hacinada de Colombia, los Prisioneros de Guerra de las FARC-EP queremos hacer llegar un saludo muy especial a todo el pueblo colombiano, ese pueblo aguerrido y luchador que ha sido sistemáticamente reprimido y asesinado por medio del terrorismo de Estado aplicado por la oligarquía colombiana en su contra de forma vehemente y sanguinaria. Igualmente enviamos un abrazo caluroso y bolivariano a todos los Prisioneros Políticos y de Guerra en las mazmorras colombianas y en las cárceles del imperio; son ellos, la muestra fehaciente e innegable de la convicción que embarga al pueblo de Colombia para alcanzar su definitiva independencia.

Nuevamente se ha puesto sobre la palestra pública las denigrantes e indignas condiciones en las que tenemos que vivir los más de 100.000 compatriotas, entre Presos Sociales y Políticos, que nos encontramos privados de la libertad en estos depósitos de seres humanos que son las cárceles en Colombia. Algunos de estos centros penitenciarios alcanzan hoy la alarmante cifra de 400% de hacinamiento, en los que diariamente los prisioneros nos vemos obligados inclusive a limpiar los baños en las noches para utilizarlos como dormitorios y lugares para cocinar.

Es apenas normal que pululen en medio de tan inhumanas condiciones las enfermedades infecciosas y contagiosas en estos depósitos de seres humanos. En muchos de ellos además, es suspendido el servicio de agua cuando los internos por algún motivo se organizan para exigir una mejoría de las condiciones de reclusión, lo cual agrava el ya pésimo entorno sanitario de los mismos y representa una violación flagrante a los Derechos Humanos de los internos que tanto las administraciones de las cárceles y el Gnral Gustavo Adolfo Ricaurte se mofan de respetar. Es tal el cinismo que han adoptado como lema del INPEC: "su dignidad humana y la mía, son inviolables". Ahí está pintada la oligarquía colombiana. En la cárcel de Bellavista, solo por mencionar un caso, empezaron hace poco a hacer un estudio para saber cuántos internos sufrían de enfermedades infecto-contagiosas y de transmisión sexual como el VIH. La cifra fue tan alarmante, que en vez de afrontar el problema con responsabilidad y compromiso, decidieron suspender el estudio.

Miles de internos son alejados premeditadamente de sus entornos familiares, lo cual es clara violación de la Ley 65 de 1993 y de la constitución misma; esto, con el único objetivo de impedir cualquier tipo de relación social con el exterior, lo cual golpea psicológicamente al interno al punto de que ya son múltiples los casos de suicidios consumados e intentos de suicidios en las penitenciarías más alejadas de la geografía nacional.

Los servicios de telecomunicaciones y de expendio de alimentos son manejados bajo la égida terrible de una visión mercantilista, en medio de una población carcelaria que carece de los mínimos recursos económicos para su subsistencia. Los servicios de salud son completamente inexistentes, y por lo mismo, día a día cientos de prisioneros agonizan en medio de la más terrible desatención médica. Son incontables los gritos de dolor que emanan de las celdas de las prisiones colombianas, gritos que se ahogan en los ecos de la soledad. Por otra parte, como ya lo denunciamos el año pasado, más de 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra inundan las mazmorras colombianas y la cifra va en ascenso vertiginoso. Más del 90% de los mismos constituyen actores civiles, víctimas de la persecución y de la intolerancia de un régimen que no permite que se piense diferente a lo que ellos han establecido. Más del 80% de los mismos salen después de años de privación de la libertad sin poder comprobárseles ninguna clase de delito.

Estos 9.500 Prisioneros Políticos y de Guerra además de tener que afrontar las duras condiciones de las cárceles de Colombia, tienen que hacer frente día a día al ensañamiento, persecución política y represión por parte de los organismos del Estado. No son pocos los casos de intento de asesinato por parte del INPEC y sus esbirros en contra de prisioneros que han visto, en la prisión, otra trinchera de lucha para la construcción de un país completamente diferente.

Todas estas condiciones de privación de la libertad comentadas anteriormente constituyen una realidad verdaderamente Dantesca; un infierno en vida para quienes nos toca sobrevivir día a día en estas denigrantes, ignominiosas, infames y viles realidades. Esto, sin abordar las condiciones a las que se enfrentan los Prisioneros Políticos del imperio Simón Trinidad, Sonia e Iván Vargas, sobre las cuales solo diremos que son aún más duras y difíciles, tal como ellos mismos lo han relatado en diversas ocasiones.

A pesar de estas oprobiosas circunstancias, el gobierno se rasga las vestiduras cuando son capturados en combate y hechos prisioneros por la insurgencia, policías y soldados en medio de la confrontación armada. "Secuestrados", dicen inmediatamente en medio de los más alarmantes berridos propios de quienes no les ha tocado sufrir en carne y hueso la guerra que asola la patria hace ya décadas. Las cosas hay que llamarlas por su nombre si se quiere lograr una paz verdadera, estable y duradera. Los capturados en combate son prisioneros de guerra tal como nosotros. Secuestrados son los miles de compatriotas que hoy se encuentran en las cárceles, apresados en capturas masivas, víctimas de montajes judiciales, y a quienes se les niega completamente su derecho a una defensa jurídica efectiva.

Sin embargo, en honor a la verdad hay que decir que muy diferentes son las condiciones de los Prisioneros de Guerra de uno y otro lado. ¡Qué diferencia tan abismal hay entre los policías y soldados capturados por la insurgencia, y los guerrilleros que nos encontramos en las cárceles del régimen! ¡Cuánto no daríamos nosotros por estar, a pesar de nuestra privación de la libertad, disfrutando del aire puro, del entorno de la naturaleza, sin hacinamiento, con una alimentación balanceada y una atención médica real y digna!

La situación en la que se encuentran los prisioneros de uno u otro bando en la confrontación, muestra sin lugar a dudas las condiciones humanas de cada una de las partes.

Queremos por otra parte, realizar dos denuncias concretas de hechos acaecidos que demuestran nuevas formas de ejercer la represión por parte del Estado en contra de los Prisioneros de Guerra y que evidencia la vileza de sus métodos.

 



Al Prisionero de Guerra de las FARC-EP, Rolando Albeiro Acevedo Muñoz integrante del Frente Urbano y Rural Jacobo Arenas, le fue notificada su libertad por cumplimiento de la pena de Rebelión después de 9 años de privación de la misma. En el momento mismo en el que puso un pie fuera de la cárcel La Tramacúa en Valledupar, fue recapturado por la Policía Nacional y mostrado ante los medios de comunicación como un peligroso terrorista capturado gracias a las labores de seguimiento e inteligencia en zona rural en los límites entre Valledupar y Norte de Santander. De esta forma, tal como ellos mismos dicen, los organismos policiales se anotaban un nuevo golpe a las estructuras urbanas de las FARC-EP, con la particularidad de que se constituía en realidad en la captura de un guerrillero que ya se encontraba privado de la libertad desde hace años. Nuestro camarada se ha convertido así, en víctima de una nueva forma de montaje judicial, nunca antes utilizada por parte de los organismos del Estado, y se encuentra hoy recluido en la mencionada penitenciaría después de haber purgado su condena. (Ver noticia: http://www.vanguardiavalledupar.com/judicial/2566-por-triple-secuestro-capturaron-a-el-cacheton).



           
El segundo caso es aún más preocupante. Se trata de nuestro camarada Gustavo Hernán Giraldo Amaya guerrillero del 5° Frente del Bloque Iván Ríos de las FARC-EP. Gustavo Hernán se encontraba desde el año 2006 privado de su libertad por el delito de Rebelión en el patio 8° de la Cárcel Nacional Bellavista en Medellín. En el año 2011 Gustavo Hernán se enfermó de Tuberculosis por causa de las pésimas condiciones sanitarias de este centro de reclusión. Su enfermedad se agravó hasta tal punto por la desatención médica que el camarada perdió más del 50% de su masa corporal en menos de seis meses, y se encontraba casi en estado terminal, sin poder valerse por sus propios medios.


Luego de una campaña de denuncia de organizaciones de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional de la grave situación médica vivida por este valeroso prisionero, y de una incansable lucha jurídica por parte de su familia, se logró que un Juzgado de Penas y Medidas le otorgará la medida de prisión domiciliaria con el objetivo de que pudiera ser atendido por el INPEC en su casa médicamente. (Ver noticia: http://www.conapcolombia.org/?p=1437)



Sin embargo, en el tiempo que estuvo en prisión domiciliaria el INPEC no le llevó tampoco una sola pastilla, ni atendió su grave estado de salud aún cuando seguía siendo responsable de su atención médica. Cabe resaltar que el prisionero tenía prohibido moverse de la casa de su madre donde cumplía la pena sustitutiva de prisión domiciliaria por lo cual no podía ser llevado a ningún centro médico. Luego de dos meses de prisión domiciliaria, nuestro camarada fue vilmente asesinado frente a su esposa, hijas y madre en total estado de indefensión por tres hombres armados que llegaron a la casa donde cumplía la prisión domiciliaria. Ya muchos problemas le había ocasionado al Estado, más aún cuando se destacó como un aguerrido combatiente y un Prisionero que nunca decayó en su moral revolucionaria mientras estuvo privado de su libertad.
Se constituye este caso en una nueva forma de ejecución extrajudicial por parte de los organismos de seguridad estatales, totalmente reprochable y execrable. Ya ni siquiera se quedan en esa forma de tortura llamada desatención médica, utilizada sistemáticamente contra nuestros prisioneros, sino que ahora van a sus casas a asesinarlos cuando les es otorgada la prisión domiciliaria para que puedan mejorar sus condiciones de salud. Denunciamos de forma vehemente los dos casos anteriores y hacemos un llamado para que la sociedad colombiana en su conjunto, no guarde más silencio frente a la situación vivida por nuestros Prisioneros Políticos y de Guerra.

Por último queremos enviar un combativo y bolivariano saludo a la Delegación de Paz de las FARC-EP en La Habana. Decirles que a pesar de las oprobiosas condiciones en que nos encontramos continuamos con nuestra moral en alto para seguir luchando por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo. Invitarlos a que sigan denunciando las inhumanas condiciones de las prisiones colombianas, y haciendo hasta lo imposible para que nuestro camarada Simón Trinidad pueda estar de cuerpo presente en la mesa de diálogos por la Paz con Justicia Social, en representación de toda las FARC-EP, pero fundamentalmente de quienes nos encontramos privados de la libertad en condición de Prisioneros de Guerra por este régimen asesino.

"SÓLO HABRÁ PAZ, CUANDO SE INSTAURE LA JUSTICIA SOCIAL"
"PODRÁN ATAR NUESTRAS MANOS, PERO JAMÁS NUESTROS SUEÑOS DE JUSTICIA Y LIBERTAD"
"VENCEREMOS"

Prisioneros de Guerra de las FARC-EP
Cárcel de Bellavista, Medellín
12 de Febrero de 2013


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Publicado por FRENTEAN para Frente Antonio Nariño FARC-EP el 2/13/2013 05:55:00 a.m.